La foto que estás viendo aquí, marcó un cambio en mi vida, el día que me independicé y aterricé en el aeropuerto de Vigo, allí empezó mi aventura, el 24 de Noviembre de 2017.

Mi vida se basa en planificarla entorno a 28 días, esto significa que todo lo que haga, esté donde esté, tengo que volver donde esté empadronado para ponerme mi tratamiento, como ya sabéis por mi enfermedad – Agammaglobulinemia, por si no sabes de que va, puedes hacer clic sobre el nombre y podrás hacerte una idea.

Es curioso pero esta es la tercera comunidad autónoma donde me pongo el tratamiento, actualmente resido en Galicia, para ser exactos, en Santiago de Compostela.
Me gusta fijarme en los diferentes protocolos, como hacen las cosas, entre otros.

Debido a que tengo unas venas muy malas, no es posible pincharme fácilmente, por eso tengo un port-a-cath en ubicado en la zona superior-izquierda de mi pecho lobo, cabe decir que este es el tercero, el primero me lo pusieron en 2006, el segundo en 2012 y el tercer ahora en 2019.

Este es el modelo para ser exactos del port-a-cath que llevo ahora.

Volviendo a los protocolos, depende del hospital y su presupuesto, creo que te sobre-protegen o te descuidan, en este último por ejemplo, cada vez que me pinchan o me retiran la canalización, me ponen una mascarilla, tienen un campo al rededor de la zona, todo es como muy bien cuidado, no se, me hace sentir más seguro.

La velocidad es muy diferente, me lo ponen mas rápido, pero me premeditan con paracetamol antes vía intravenoso, por lo tanto no tengo ese dolor de cabeza al día siguiente que solía tener.

Dejando la parte más friki-related hacia mi tratamiento, lo que quiero decir es que es complicado para mi permitirme el lujo de irme de vacaciones un mes o dos por ejemplo, o viajar por largas temporadas, todo lo tengo que cuadrar para que llegue al tratamiento.

Es dificil sinceramente, una vez fui un mes a Alemania y estuve 3 días sin tratamiento, el resultado fue casi catastrófico, imagínate el porque.

Siendo realistas, mi tratamiento equivale al periodo de una mujer:
– 10 días antes del tratamiento, depende del desgaste energético de ese mes, me empiezo a encontrar mal.
– 3 días antes, me estoy muriendo y depende del mes, viene una otitis externa o una diarrea que no me saca del baño.
– 1 día después del tratamiento, depende de como haya ido la sesión, estoy que parece que me he tomado 80 redbulls.


Por otro lado, estar en el tratamiento solo es algo que nunca he asimilado, sinceramente, es complicado afrontar estar ahí solo, rodeado de más enfermos, y sobre todo… cuando se me acumulan los olores de la sala, la gente, las personas mayores a veces se quejan más de la cuenta, entre otros 80 factores que se me vienen a la cabeza.

Ojalá algún día pase esto y no tenga la necesidad de vivir de esta manera, pero al menos sé que de momento, puedo sobrevivir de una buena manera sin algunas dependencias, como otras personas que pueden estar peor que yo con otro tipo de incapacidades.